El sexo tántrico es una forma de tener relaciones sexuales, el cual puede ofrecerte a ti y a tu pareja la posibilidad de alcanzar otro nivel de éxtasis. El sexo tántrico es una herramienta que te puede ayudar a incrementar la energía sexual, a conocerse y a fortalecer la relación.
El sexo tántrico se basa es el goce compartido, puente para alcanzar niveles más altos de desarrollo espiritual, acercándote a estados divinos. El sexo tántrico le permite jugar con sabores, su energía, aceites, masajes y más.
A continuación te presentamos 5 consejos para que con tu pareja se animen a tener placer sexual de otra manera.
Tips y recomendaciones para aprender a practicar el sexo tántrico
- Elimina todos aquellos elementos distractores que te impidan estar presente en el momento. Una idea puede ser utilizar una venda en los ojos, para ayudar a ampliar todo los demás sentidos. Déjense llevar por las sensaciones que experimentan a través de plumas, música, aceites, aromas, caricias, masajes y besos.
- Recuerda que la meta del sexo tántrico no es el orgasmo. En el momento que dejen de centrarse en los genitales, verán como cada poro del cuerpo exuda energía sexual. Si se fortalece los músculos de la pelvis, junto con la respiración y la práctica, podrán alcanzar el clímax sin eyacular.
- Acepta lo que eres, ámate como eres. Solo así vencerás el miedo a no verte bien sin ropa. Sexo no es igual a intimidad. Hay que crear un espacio de confianza entre dos mundos que se encuentran y se aceptan.
- Lo importante en el sexo tántrico no es el acto en sí, sino el viaje al placer. El tantra despierta la energía kundalini; una fuerza invisible que nos ayuda a avanzar espiritualmente y desbloquea los miedos y prejuicios.
- El mejor momento del sexo tántrico puede ser el post sexo. Cuando se lograr una conexión desde el ser, se comparte una experiencia única que no es posible definir.
No pienses que el sexo tántrico es respirar horas hasta aburrirse. Si estás buscando un nivel de conexión más profundo, atrévete a experimentar algo diferente. Por eso, lo llaman como el “santo grial” del sexo.
