Cuando cometemos una infidelidad o nos son infiel comenzamos a percibir sentimiento de culpa en ambos casos. En la primera, con el transcurrir de los días comienza a remover nuestra conciencia el haber engañado a nuestra pareja. Y en la segunda creemos que fuimos el culpable de que nuestra pareja nos haya sido infiel. Lo más recomendable que debemos hacer cuando hay infidelidad de por medio es dejar a nuestra pareja y cortar cualquier tipo de vínculo.
Pero bien, ¿qué le sucede a nuestro cerebro cuando nos son infiel? Recientemente, la revista científica PLoS One, publicó una investigación en donde dio a conocer que las personas infieles desarrollan la dopamina de manera diferente, cuya sustancia está relacionada con el placer y la relajación. En pocas palabras, el dolor y la felicidad se ven afectados, pues estos sentimientos ya no se convierten en un acontecimiento importante para las personas, por lo que se les hace más fácil y satisfactorio ser infiel.
Una vez las personas comienzan a ser infieles sienten menos culpa a medida que se vuelve repetitivo, como también, el cerebro se acostumbra a mentir y engañar, convirtiéndose en un hábito. Asimismo, la investigación aseguró que, quien es infiel una vez continuará haciéndolo.
Asimismo, cuando las personas comienzan a notar que su pareja no se da cuenta que están siéndoles infiel, es decir, que la estrategia les está funcionando, es el momento en que sienten mayor adrenalina, satisfacción y placer por seguir haciéndolo, sin tener en cuenta que en algún momento dicho acto les vaya a afectar su vida, emociones o sentimientos.
Igualmente, la investigación también resaltó que, cuando una pareja lleva muchos años juntos, puede que en algunos casos la dopamina vaya disminuyendo, generando que uno de los dos le parezca atractiva, llame la atención o le guste otras personas a tal punto de llegar a la infidelidad.
